Unos días en Yangon

La primera impresión no es siempre la que cuenta, ese parece ser el caso de Yangon. la ciudad te recibe con un aeropuerto último modelo pero después es todo lo contrario. El placer de caminar por un lugar en el que el único extranjero sos vos.

En Yangon los niños te piden upa en la calle

Por Diego

Llegamos a Myanmar el 8 de Junio, más precisamente a Yangon que, si bien no es la capital, es la ciudad más importante. La primera impresión que tuvimos fue muy diferente de lo que pensamos que iba a ser. El aeropuerto es muy moderno, nuevo. Nosotros creíamos que nos íbamos a encontrar con un país totalemente distinto y finalmente así lo era, lo del aeropuerto finalmente solo fue una especie de bienvenida a los turistas.

Una vez que cambiamos algunos dolares estadounidenses (en Myanmar casi no hay cajeros automáticos y el cambio es muy malo en ellos) compartimos un taxi junto a un portugués (bastante soberbio e ingreído) y una chica de Estados Unidos (buena onda). El taxi nos costó alrededor de 1.500 kyat cada uno (algo así como 1.5 dolares), precio al cual llegamos luego de pelearla un rato con el taxista.

Una vez que llegamos al centro de la ciudad comenzamos a averiguar sobre el alojamiento. Cuando uno viaja como mochilero siempre se trata de ubicarse en el lugar más barato, esa es la verdad y fue así como nos quedamos en Mahabandoola Guest house, un lugar al cual se llega luego de subir tres escaleras, tiene un recepción modesta así también como las habitaciones, el baño es compartido y el dueño no muy simpático que digamos.

Una vez acomodados fuimos a dar una vuelta. Ya era de noche y teníamos un poco de hambre.

Estábamos caminando alrededor de una plaza cuando un joven (de alrededor de 25 años) se nos acercó. Luego de preguntarnos de dónde éramos, empezó a caminar con nosotros. En un inglés no muy bueno comenzó a enumerarnos los lugares que deberíamos conocer en la ciudad y todo se resumía a tres pagodas.

A una de ellas, la más grande e importante, fuimos en nuestro segundo día en la ciudad.

Shwedagon Pagoda

Los monjes en la gran Pagoda

Llovía torrencialmente y no sabíamos qué colectivo tomarnos por lo que nos subimos a un taxi. Antes de llegar, desde la calle , ya se veía la imponete "campana". Una vez ahí dentro la empezamos a recorrer pero la lluvia hizo que nos refugiáramos debajo de un lugar de oración.

 Apenas nos sentamos una niña nos comienza  a mirar como extraños. Esto pasa mucho en Myanmar, simplemente no están acostumbrado a ver a extranjeros. Una vez que le sonreímos la mamá nos comienza a hablar. Esto también sucede mucho en Myanmar, las personas, como pueden, se intentan comunicar. La mayoría de los myanmareses son simpáticos pero siempre hay uno que otro mala onda, antipático, agreta.

La cuestión es que nos quedamos charlando con la señora y su hija hasta que la lluvia paró.

Salimos a seguir recorriendo el lugar hasta que se largó otra vez.

Luego de que nos refugiáramos unas cuantas veces más decidimos que ya habíamos visto lo suficiente como para emprender el camino de regreso.

La gente pide sacarse fotos con vos

Cuando estábamos saliendo, se acerca una pareja y el hombre comienza a señalar a Sofi y a su cámara de fotos. Al principio no entendíamos lo que nos estaba diciendo pero luego nos dimos cuenta que lo que que realmente quería era una foto de su novia con Sofi. Esto otro ejemplo de como la gente se acerca por el solo hecho de ser extranjero. Lo raro que puede llegar a ser esto en un país que vive bajo un rígida dictadura desde hace décadas y que no pueden vivir en democracia a pesar de la presión internacional y de tener como referente de la oposición a una ganadora del premio Nobel de la Paz (para saber más sobre esto bucar en Google).

Por las calles de Yangon

Una vez de regreso en el centro dimos una vuelta caminando y cenamos en un lugar un poco bizarro. En el medio de las mesas había un pasarela y modelos desfilaban con menos onda de bandera de chapa.

Al otro día nos levantamos y nos fuimos en un colcectivo de linea hasta la terminal de omnibus.

Nuestro próximo destino era Bago.