jueves, 1 de agosto de 2013

Bago, lluvia y Golden Rock.



Bago y Kimpun, son pequeños lugares llenos de sorpresas. Una Serpiente de 6 metros, un Buda de 90 y una roca dorada escondida  entre una espesa niebla. Reencarnaciones y prohibiciones, dos días increíbles




Por Sofi.

Para variar salimos tarde. Entre gestos, señas y un poco de inglés intentamos explicar que queríamos ir a la estación de buses en trasporte público (micro en chileno, colectivo en argentino) de Yangon. Nuestra guía de viaje decía que eran aproximadamente 40 minutos. Error. Entre que encontramos el correcto, y que todas las calles de la ciudad por donde iba la micro parecían estar siendo arregladas, llegamos a la estación de buses a eso de las 12 y por supuesto bajo una lluvia torrencial. 

Al menos fue bien fácil encontrar un bus que nos llevara a Bago. Tres horas y varias paginas de nuestros libros después el bus se detuvo en lo que parecía un puesto de comida en la mitad de la nada. El chofer nos dijo que eso era Bago y que nos teníamos que bajar. Nos bajamos medios desconfiados, y se nos acerco un joven. Dijo que su nombre era Peace (y levantó los dedos índice y medio de su mano derecha haciendo el mundialmente famoso signo de la paz), que si nos apetecía conocer Bago en moto por dos horas y luego tomarnos el bus de las 18.30 a Kimpun. Ese era efectivamente nuestro plan.
Sofi y Peace por la calles de Bago

Ahora antes de continuar me parece pertinente explicar que en Myanmar, debido a la fuerte dictadura que tienen, se recomiendo pagar lo menos posible al gobierno y entregar, en vez de eso, el dinero a los locales. ¿Cómo? El ejemplo de lo que hicimos en Bago es el más claro. El Gobierno cobra una entrada a cada templo o área de Myanmar. Muchas veces los locales conoces formas de evadir estos cobros. Por tanto se recomienda pagarles a ellos un precio similar y así evitar entregarle dinero al gobierno. Bueno, la cosa es que dejamos nuestras mochilas en el puesto de comida, nos pusimos nuestras parkas (camperas) pues todavía no dejaba de llover, nos subimos cada uno en la parte de atrás de una moto y partimos rumbo al Snake Temple. La verdad, cuando llegas ahí  solo se ve una pequeña casita que nada tiene que ver con los grandes templos, las pagodas de oro y las escalinatas gigantes. Pero lo que había dentro de esa casita nos sorprendió mas que todo lo anterior junto. En una esquina, refugiada entre cojines y custodiada por un monje había un serpiente gigante. Pesando 200 kilos y con 6 metros de largo era lejos la serpiente mas grande que habíamos visto en nuestra vida. Mientras a Diego le pico la curiosidad y no tardó en acercarse, a mi me dio más bien miedo. Ahora claro que no es una serpiente cualquiera. Esta es la reencarnación de la hermana de un monje. Se le apareció en los sueños y le aviso que iría a Bago. Con su llegada trajo prosperidad y buenas cosechas a la región por lo que se le agradece de varias formas entre ellas alimentándola con 20 kilos de pollo una vez al mes. 
La hermana del monje


Todavía muy sorprendidos por la megaserpiente, nos subimos a las motos y seguimos, próxima parada el gran Buda reclinado de Bago. 
Las cosas como son, veníamos de ver el Buda reclinado en Bangkok y no esperábamos encontrar nada muy distinto. Pero una vez mas Myanmar nos sorprendió. Nos bajamos de las motos con la boca abierta. Menos mal que seguía lloviendo porque si no se nos hubiera  llenado de moscas. Frente a nosotros había una estatua gigante, mas grande que la de Bangkok, de un Buda reclinado. Llamaba la atención su cara, más sentimental que las otras que habíamos visto, más humana. Peace, se apuró en explicarnos que el Buda era bastante nuevo, no tenía más de 10 años y medía 90 metros de largo por 35 de alto. Había sido construido en el mismo lugar donde hace 500 años había otro Buda que sin embargo había sido destruido por los portugueses (cuando Myanmar era colonia portuguesa) que al no poder llevárselo simplemente lo pulverizaron, dejando solo los cimientos. La verdad es que luego de ese enorme Buda, el otro Buda que fuimos a ver en Bago, también reclinado pero esta vez cubierto y otros cuatro Buda de pie, no tuvieron el mismo impacto. 
Diego y el Buda reclinado más grande del mundo

Peace y su compañero nos llevaron de vuelta al lugar donde nos había dejado el bus y donde tomaríamos el próximo, donde nada mas llegar nos cambiamos de ropa. La dueña del local nos pregunto por señas si queríamos comer y el rugido de nuestros estómagos contesto por nosotros. La verdad menos mal que así fue. Nos sirvieron arroz, con 4 pedazos de carne algo crocante y sopa. La mejor comida birmana que comí en Myanmar, lejos. Tipo 7 paso nuestro bus, subimos las mochilas, nos despedimos de Peace, le agradecimos a la señora del local y nos fuimos. Esta vez cuando paró el bus, no fue en la mitad de la nada, si no en un pueblo, sin embargo no en Kimpun. Eso quedaba a 13 km desde donde nos dejo el bus. Siendo los únicos turistas que se bajaron de ese colectivo, ojo, eran las 9 de la noche y ya estaba muy oscuro, se nos acercaron varios señores ofreciéndonos el viaje a Kimpun por un precio, la verdad, impagable. Tranquilamente Diego les explico que no había manera de que pagáramos eso, y de que buscaríamos otra manera de llegar a Kimpun, se miraron, se rieron y se dispersaron. Partimos caminando con la esperanza que alguno se arrepintiera y nos ofreciera llevarnos por el precio que pedíamos nosotros. Cada vez nos alejábamos mas y yo ya dudaba que alguien viniera, cuando aparecieron dos en moto. Nos llevaban pero en moto. Cada uno se subió con su mochila grande a la espalda detras de un tipo al que medio a regañadientes, pero por seguridad, entregamos nuestras mochilas de manos las que ellos se colgaron en el pecho y partimos. Fueron casi 40 minutos por un camino sin ninguna luz mas que la de la luna. Cuando llegamos a Kimpun nuestros taximotos, nos llevaron primero a un resort cuya oferta de piezas de lujo declinamos y luego a un lindo hostal en el centro del pueblo. Una vez instalados y mientras comíamos  le dije a Diego :"Hoy hice 3 cosas que jamás habría hecho en Chile. Primero deje todas mis cosas de valor, incluido pasaporte y billetera en un lugar X al que era incapaz de volver sola. Segundo me subí atrás de una moto de un hombre al que no conocía y deje que me llevara a recorrer una ciudad extraña, claro que Diego iba conmigo pero en otra moto. Si lo tipos querían simplemente se separaban y nos separaban. Y por último me subí a otra moto en la noche y deje que otro hombre desconocido me llevara a una ciudad a 13 km, una vez más con Diego cerca pero en otra moto. Lo curioso de lo anterior fue que nunca tuve miedo."

Al otro día nos levantamos a las 5:30am. Habíamos leído que lo mejor era subir tempranito en unas pick ups desde Kimpun que salían a las 6. Tomamos desayuno mientras observábamos con alegría como dejaba de llover. Esta vez, de manera megapuntual, llegamos a la "estación de ómnibus"  5 minutos antes de las 6. No había nadie. Sobre la camioneta estaba sentado un turista con la misma cara de pregunta que nosotros. Asumimos que saldríamos pronto y nos acomodamos en uno de los asientos. Para eso era necesario subir una escalera muy bien ubicada, que te permitía sentarte donde quisieras. Paso el tiempo, se nos acercaron un par de mujeres a vendernos unos impermeables, que eran más bien unas bolsas de colores. Decidimos comprarlas por si el clima cambiaba de repente y nos veíamos atrapados en la lluvia. Y el reloj siguió dando vueltas y solo eramos 3. A las 6:45 comenzó a llegar la gente. Todos locales, mejor informados que nosotros, que sabían que la pick up salía a las 7 y no a las 6. Nos apretujamos todos en los asientitos al aire libre de la camioneta, subieron canastos, comida, niños, y al final partimos. El camino era lindo, a través de la selva y hay que decir que el conductor era buenísimo  agarraba las curvas a la velocidad justa para que a todos nos diera un susto pero no pasara nada.
Cuando al fin llegamos, había una neblina de otro nivel, no se veía mas allá de un metro y no parecía que fuese a despejar. Camino hacia donde empezaba el lugar sagrado, unos guardias, con poco inglés y muchas señas nos explicaron que por ser extranjeros teníamos que pagar una entrada especial. Intentamos discutirles pero no tuvimos mucho éxito y terminamos pagando. Pero  le pusimos al mal tiempo buena cara y fuimos a explorar el lugar. Luego de dejar nuestras chalas en la entrada seguimos caminando varios metros intentando buscar la Golden Rock entre la niebla. De vez en cuando aparecían niños con mochilitas de la nada o  mujeres cargando pesados ladrillos sobre sus cabezas, pero de la roca nada. Hasta que al fin divisamos a nuestra izquierda la famosa Golden Rock, ya íbamos a acercarnos cuando un cartel en birmano y en inglés nos dejó bien claro que, el único que podía pasar era Diego. A las mujeres no se les permitía la entrada. 
"Ladies are not allowed"
Un monje rezando en la piedra sagrada
La piedra sagrada

Se veía poco y nada

Las cosas como son. Si hubiese estado despejado la vista hubiese sido "impresionantemente" hermosa. Como no se veía nada no fue muy espectacular. Lo que si era muy lindo era ver aparecer figuras de entre la niebla. Como ya habíamos visto todo decidimos volver. El sistema era el mismo y se suponía que las pickup salían cada una hora. Pero la nuestra no se alcanzó a llenar, por lo que estuvimos una hora y tanto sentados esperando la vuelta. Como habíamos pagado por la entrada no teníamos dinero para pagar el transporte de regreso  al pueblo. Intentamos explicarles que pagaríamos abajo cuando llegáramos , pero  al parecer nadie entendió eso y cuando llegamos al pueblo sin haber pagado nada todos se despidieron y se fueron, dejándonos en el centro de Kimpun en las manos de, al menos 10 hombres, que intentaban vendernos el pasaje a Bago. Nos decidimos por uno y le explicamos que en realidad íbamos a Inle Lake. Pero primero había que ir a Bago. El tipo que al final nos vendió el pasaje nos dijo que su primo vendia boletos a Inle Lake. Nos dejo sin cuidado, no pensamos que nos lo encontraríamos  Error! Llegando a Bago, el bus para en la carretera se sube un tipo y dice:"Tourist out" Un poco sorprendidos le preguntamos por qué nos teníamos que bajar si no estábamos en Bago. La respuesta fue clara, este era el primo del tipo que nos había vendido los pasajes, así que el nos vendería los pasajes a Inle Lake. Como ya nos habían bajado del bus, no quedaba mucho por discutir. Nos fuimos con él a su restaurante y compramos los pasaje. Esa noche, luego de recorrer un poco el centro de Bago, nos tomamos el bus a Inle Lake.

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